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El Otro

8:35 PM

Wednesday, October 8, 2025

Oct 8, 2025

Para: El Otro

Hace dos meses me metí a un curso de guión. Primero pensé que no tenía mucho que contar, además de que meses antes había tomado dos cursos de cuentos y nada salió de ahí.

Algo cambió, me puse a ver más películas y sobre todo las empece a ver diferente, incluso dejé de sentir que perdía el tiempo con verlas; no sé si algo gano, pero lo importante es que dejé de sentir que pierdo.

De alguna manera una y otra idea empezaron a caer en mi cabeza, primero al aspecto social producto del enojo y rabia que me da ver incongruencias en la calle y escuchar aun más en las noticias. Luego comenzaron a tomar la forma de conceptos o preguntas generales, de esas que nos hemos hecho por siglos y no tienen respuesta definitiva pero nos hacen gritar, pelear y accionar como locos. Al final, retomé una idea que tenia desde hace tiempo: ¿Qué pasaría si pudiera cambiar de forma a lo que las personas más desean?

Creo que fue hace un año cuando me plantee eso, pero el sentimiento de estar bombardeado de "deberías" viene de más atrás, tal vez hace dos años, o tal vez siempre estuvo y ni me di cuenta.

Hoy le di un poco de forma, y está es la idea (no es premisa, porque ni siquiera ocurre un evento incitador o algo así):

Esta es la historia de Andro, un ser que puede transformarse en el deseo de cualquiera, del Otro, tiene la capacidad de moldear el espacio, tiempo y realidad del mundo para encajar en el deseo de cualquier persona: convertirse en el novio ideal de una chica que quiere que le lleven flores y que la atiendan como reina, o convertirse en la chica ideal para aquél solitario filósofo que deambula por la playa; también puede ser el hijo perfecto de un par de padres de clase media baja que lo único que buscan era dinero y reconocimiento. También puede ser el empleado perfecto que rescata a una empresa de seguros a punto de quebrar. Puede moldear cualquier aspecto físico o emocional, así como tener tanto dinero y riqueza se desee, tener poco o estar casi en la quiebra, incluso tener saberes desconocidos para el resto de mortales o desconocer incluso lo más obvio. Puede tener el nombre exacto, con los apellidos necesarios, puede no ser mucho, y también puede ser casi todo, así como aparecer casi todo: casas, empresas, maestrías, joyas, libros nunca escritos, canciones jamás compuestas, todo material e inmaterial que pueda querer la otra persona. Puede ser hombre, mujer o el género que más se adecue.

No tiene ni mucho de eso ni poco de aquello, se precipita a cuando alguien está a punto de pedir más de algo porque entonces ya lo tiene, y cuando el Otro quiere menos, no falta ni pensarlo porque ya no queda ese excedente.

No se sabe quién lo crio, ni él lo sabe, pero peor aún, no sabe si quien lo crio hubiera querido que él se transformara para los demás por el resto de sus días.

Un día, se ve al espejo, “¿quién soy?”, pregunta.

Mi primer analista me recomendó leer el capitulo de Lacan donde habla del estadio del espejo la primera vez que lleve a análisis mi fatiga por tantos deberías. No entendí mucho, y no fue hasta años después que me senté a investigar y comprendí un poco, pues parece ser que si se desea éxito, entonces la pregunta es "Éxito, ¿Para quién?", si me siento gordo, entonces "¿Gordo para quién?"

Aun asumiendo que ese otro existe…¿qué quiere ese otro de mi?, ¿sabe ese otro lo que quiere?, ¿ese otro es el deseo de algún otro?

Pienso que Andro cumple con el mayor de los tabúes, el de querer serlo todo, y como escribía Massimo Recalcati:

Si Freud insiste en el carácter incestuoso del deseo, es para poder poner de relieve una verdad mucho más amplia. El deseo incestuoso es la imagen de un deseo ilimitado, que no conoce diques, umbrales ni tabúes y que, en consecuencia, impulsa con fuerza hacia la posición absoluta, no sólo y no en concreto de la madre, sino de "todo": tener, conocer, gozar, serlo todo.